Últimos pasos.

IMG_3482Me encuentro en la recta final de la revisión de mi primer manuscrito. Para ser precisos, me quedan cuatro capítulos y después a tirarme al agua (pero sin flotador y sin saber nadar bien).

Una vez en el agua cuento con el rumbo hacia mi destino. Ya sé a qué editorial mandarlo, cuáles son los requisitos y cuál es el tiempo estimado de espera. Sé bien que todo va a depender de los benditos ojos que lean mis capítulos y he de aceptar que, al final, todo esto es cuestión de suerte. Puedo clamar al cielo y pedir que mi tesoro (aquí me identifico con el Gollum) caiga en buenas manos. En las de alguien que tenga una línea de pensamiento parecida a la mía, o en las de alguien que, simplemente, se encuentre en un punto de su vida en el que mis palabras adquieran un significado especial. Sin embargo, el mundo editorial es como un mar inhóspito y desconocido al que tendré que enfrentarme sin un salvavidas amarrado a la cintura (e incluyo en esta parte: rechazos, críticas, lo que viene después si se supera la primera fase, etc).

A lo largo de la composición y revisión, me he enfrentado a ciertos miedos. Los que hayáis leído mi post anterior ¡Tengo miedo!, sabréis de qué va el asunto, pero independientemente de ello, hay otras cosas que circulan por ahí a las que supuestamente hay que hacer caso y que a su vez me producen… más miedo. Miedo a perderme. Miedo a que mi idea original termine ahogándose bajo aguas turbias de requerimientos correspondientes a satisfacer las tendencias actuales.

Si nos ponemos a investigar qué parámetros hemos de seguir para que nuestro libro se convierta en un buen producto y venda, ¿no corremos el riesgo de regirnos por esas necesidades y no por las propias de nuestra historia, de nuestro corazón, de nuestro Llamado? Porque si una cosa tengo clara es que voy a serle fiel a mi relato, a mis personajes pero, sobretodo, al mensaje guardado detrás de esas miles de palabras escritas desde la necesidad.

Si limamos nuestra obra en base a lo estipulado por el mercado, ¿no se perdería una parte de su alma en el proceso? Yo, personalmente, creo que sí. Un buen amigo me dijo una vez que seguramente ése era el motivo por el que muchos escritores se iban directamente a la autopublicación; para poder ser independientes y poner por encima de todo, el amor al arte y a la integridad de lo escrito. ¿Qué opináis?

Pero… como no se pierde nada por intentarlo, voy a ser valiente, quiero ser valiente, lo voy a hacer y voy a perseverar (no estoy diciendo que el que no lo haga no lo sea; son las palabras de ánimo que me tarareo en la cabeza cual animadora sin control de sus pompones), como afirma el dicho: «la perseverancia es la clave del éxito», y como una vez me escribió Megan Maxwell tras pedirle recomendaciones a través de su página web:

«En cuanto a las editoriales y tu novela, te diré que lo primero que tienes que hacer una vez la acabes, es darla de alta en el Registro de la Propiedad Intelectual del lugar donde vivas.

Una vez lo tengas dado de alta… mira las editoriales que publican el tipo de novela que tú has escrito y escríbeles un email, o una carta, o llámalos por teléfono para enseñarles tu novela.

A partir de aquí, todo es dar con un editor al que le guste lo que tú has escrito.

Te deseo mucha suerteeeeeeeeeeeee y mil besos

 Megan»

Con todo esto no estoy diciendo que no esté abierta a aprender y a hacer cambios, sería una estúpida engreída, pero sí quiero remarcar la importancia que tiene para mí defender la esencia de la obra. A esa hay que protegerla a capa y espada o, por lo menos, esa es mi intención, porque cuando uno escribe lo hace con un propósito y si no se cumpliera ¿qué sentido tendría? Al fin y al cabo, y como dijo el escritor Hermann Hesse:

Quien no encaja en el mundo, está cerca de encontrarse así mismo.

Así que supongo que si no encajo al final de todo, pero me encuentro a mí misma, habré ganado mucho más que perderme en el camino.

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25 comentarios en “Sin flotador y sin saber nadar.

  1. Totalmente de acuerdo!! La esencia no se puede perder!!!! Por que es la leche de buenaaaaa!!! Cambia, transforma y tranquiliza…. vamos q ayuda a abrir los ojos a la VERDAD!!! Y de manera divertida, entretenida, intrigante, emocionante, cagante jajajaja:). Vamos que si o si te lo va. A publicar!!!!!!!! Y despues peli!!!!!!

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  2. Mucha suerte con tu manuscrito. Espero que llegues a buen puerto y que, desde luego, no tragues agua, mantén la cabeza fuera para no perder de vista el objetivo 😉
    PS: La foto de las correcciones me ha hecho mucha gracia; supongo que las primeras versiones de un texto tras los repasos son todos iguales, con esos tachones, esas flechas, esos círculos… 😀

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      1. Mi récord en corrección fue la traslación de una escena entera unas veinticinco páginas más adelante en la novela (una que tengo inédita), con sus correspondientes tachaduras y demás. ¡Me di cuenta de que me había pasado la cronología de acontecimientos por el forro! 😀 😀 😀

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  3. Paloma no necesitas flotador, ni saber nadar. Estos mares los llenan más nuestros huesos que el agua. Cuando necesites un empujoncito, agarra el brazo del de al lado, o tira del pelo al del frente 🙂

    Llevo parado aquí, en la orilla, con los talones enterrados en la arena contemplando. A veces ando con el traje de bańo rojo, a veces el azúl. A veces, no traigo nada. Son esos días donde recuerdo que solo somos humanos. Que caer y levantarse es parte íntegra de nuestro diseño.

    En esos días me lleno de sabiduría y corro al escritorio y lo reescribo todo: la portada, la sinopsis y el primer capítulo.

    Antes de echarte al agua, ¿me haces el favor y me empujas también? 😎

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  4. Una tarea compleja por lo mucho que implica. Releer el texto propio, no ser en exceso crítico pero tampoco demasiado complaciente y, después, depender de la mirada de otro, quien puede estar capacitado o no o quien puede tener un buen día o no… etc.
    Como sea, mucha suerte en el emprendimiento y los mejores deseos. Y no te dejes caer si las primeras lecturas no son todo lo positivas que deseas; si estás conforme con tu texto, defiéndelo a capa y espada.

    Un abrazo.

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    1. Ese balance es el que me cuesta. Aunque te diré que unos días más que otros. Es increíble cómo funciona la relación ojos-cabeza. Gracias! Intentaré ser fuerte para no derrumbarme. Como decía Lidia: el no ya lo tengo. Defenderé la esencia de mi historia con dientes y uñas 😬

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