Cuando al pasear por el bosque se abren las puertas del cielo y la piel se te empapa y de pronto eres uno con el entorno.
Cuando ves el vuelo de las aves y sientes su libertad.
Cuando después de un día duro le llega el turno al descanso y te inunda la gratitud.
Cuando al llevarte la comida a la boca te sientes afortunada y la acción de comer se convierte en algo sagrado.
Cuando a pesar de la enfermedad encuentras motivos para sonreír.
Cuando a pesar del «fracaso» tienes en ti las fuerzas para empezar de nuevo.
Cuando tras dañar se pide perdón y llega la sanidad.
Cuando en un decir «gracias» encuentras la realización más clara de tu alma.
Cuando al escribir liberas tu alma (como en este preciso momento).
Cuando te alejas de un problema y miras, por fin, en perspectiva.
Cuando toco y me pierdo en las texturas.
Cuando atraviesas la piel del otro hasta llegar a su corazón y te deslumbra su belleza.
Cuando te quemas y eres testigo del milagro que empieza a ocurrir inmediatamente en tu piel.
Cuando sabes que el sol hace su trabajo y no es una casualidad.
Cuando…
Si, siempre hay cuandos….
Me ha gustado leerlo
Muy bueno
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Sí, y hay que ser capaces de verlos siempre. Hacerlo, nos puede cambiar la vida 😊
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