PERSONAJES.
El corazón de cualquier historia está conformado por aquellos que la viven: los personajes. Sin ellos, existe un profundo vacío en el que la narrativa pierde el sentido, porque sus pasos, sentimientos y decisiones son, en definitiva, los que marcan el curso de las múltiples travesías. Sus apariencias, voces e intenciones, colorean la trama con un tono determinado para hacer de su camino, uno creíble, vivible y, por qué no, deseado.
Para mí, como escritora, una de las partes más emocionantes de todo el proceso de contar, es crearlos. De un trozo imaginario de arcilla los voy moldeando uno a uno, trazando su personalidad y facciones haciendo uso de la memoria. Los míos, en su gran mayoría, están inspirados en la familia.
¿Es correcto hacerlo así? No lo sé, tal vez sea un elemento de debate, pero considero que puedo elaborar personajes más genuinos basándome en aquellos perfiles que conozco mejor. Además, ¿cómo no inspirarme en aquellas personas que más me han enseñado en esta vida? ¿No sería un verdadero desperdicio? Porque a decir verdad, entre mi popurrí particular están sin duda unas verdaderamente entrañables, y ese atributo es uno de los principales objetivos a perseguir en la creación de personajes que sobrevivan al tiempo. No estoy diciendo con ello que sean calcos en papel de las personas en carne, no, pero sí que poseen rasgos esenciales que les enriquecen de una manera muy especial. Tampoco estoy diciendo que esa sea la única fuente de inspiración, en absoluto, pero en el caso de El Llamado, así fue. No sé si alcanzaré la meta con ellos, pero por lo menos puedo decir que me he divertido a lo grande dándoles vida y sobre todo, bautizándoles. Darles nombre por primera vez es una experiencia sencillamente, flipante. Son nuestros hijos de tinta, y verles nacer, crecer y desarrollarse, representa toda una aventura.
A continuación…
6 tips para construir personajes entrañables:
- Elabora personajes que no nos dejen indiferentes. Evita los blancos o negros. Los grises son los que nos hacen más humanos. Si tu personaje es «perfecto», (exclusivamente bueno, o irremediablemente malo), será menos creíble. Las imperfecciones son las que le harán grande.
- No te limites a describir sus rasgos físicos y de personalidad como si de la lista de la compra se tratase. Deja que el lector los descubra a través de su actuación. Ejemplo:
—Si, así es —volvió a inclinar la cabeza—. Ese es mi nombre y, si me lo permites, muchacha ¿Me dirías cuál es el que te pusieron tus afortunados padres?
No entendí por qué había deducido que mis padres fueran afortunados, pero me distrajeron sus pobladas y despeinadas cejas y le respondí bajito:
—Aurora.
Obra sin publicar © 2017 Paloma Velilla Vico
- Evita los personajes planos. Elabora la trama de tal manera que tus personajes (sobre todo los principales), puedan cambiar, madurar a lo largo de su historia. Esto se consigue si tienes bien definidos el conflicto y el propósito de ella con anterioridad.
- Incrementa la tensión. Para que el personaje sea creíble, procura generar tensión mostrando contradicciones internas. Su lucha interior se hará la del lector, metiéndole de cabeza en su lado más íntimo, y se sentirá confidente.
- Genera fichas de personajes. Hay a escritores que no les gusta hacer esto. A mí por ejemplo y, sin embargo, he encontrado útil hacerlas con tres elementos básicos para alguno de los míos: detalles de su pasado; temores y debilidades; y propósitos. (Esta página os puede dar un punto de vista interesante acerca de las fichas: pincha aquí. Es del blog Lecturonauta de Guillermo Jiménez).
- Que tengan voz propia. ¿Qué quiere decir esto? Según Escribir, crear y contar. Las claves para convertirse en escritor (2014), de Mateo Coronado, el personaje logrará tener una voz única si encierra en ella tres cualidades:
- Valor. Por muy pequeño que sea su rol en la historia, cuando hable tiene que hacerlo con decisión, de tal manera que no nos olvidemos de él.
- Espontaneidad. Que sea natural tanto en hecho como en palabra (inclusive su aparición en escena).
- Capacidad resolutiva. Que tenga la habilidad de resolver problemas, a su modo, pero con rapidez.
Para terminar, y como hice en el post anterior (6 Tips para escritores en construcción I.), me voy a atrever a recomendaros un libro: Dar vida al personaje. Técnicas para crear personajes inolvidables (2014), de Silvia Adela Kohan. Es una guía formidable para aprender a esculpir a nuestros queridos compañeros de viaje.
Links de artículos de otros blogs acerca de la elaboración de personajes:
- https://bloguionistas.wordpress.com/2017/01/16/john-august-1/
- https://lecturonauta.wordpress.com/2017/02/23/estas-perdiendo-el-tiempo-con-las-fichas-de-personaje/
- https://jakobeocr.wordpress.com/2016/07/26/mi-relacion-con-los-personajes/
- https://labrujadelteatro.wordpress.com/2016/12/08/creacion-de-personajes-1-introduccion-y-el-truco-de-las-mil-preguntas/
Buen post, muy útil. Personalmente, creo que los personajes son el alma de la novela. Que los acontecimientos, por muy determinantes que puedan ser, el contexto, el género literario o la trama son el mero telón en el que desplegar a una variedad de caracteres con su, como bien dices, voz propia y relaciones entre sí.
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Así es. Si logramos crear personajes entrañables, inolvidables y que lleguen al corazón, más que con la historia, los lectores se verán comprometidos con ellos.
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Tremendos puntos, Palo. En especial ese del color gris. Por eso me encantan los villanos. Un villano bien hecho te dobla el alma hasta retar tus definiciones del bien y el mal.
En mi novela no publicada (high five!), usé mi familia también. Solo que no la terrestre sino la que habita en el manicomio de mi cabeza 🙃
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Jejeje, entre que te gustan los villanos y que tu familia extraterrestre vive en el manicomio de tu cabeza, no sé qué pensar 😛
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¡Lo he logrado! Te atoré el cocote 😎
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